jueves, 8 de agosto de 2024

Vía Leiva al Naranjo de Bulnes, 500m 7b/6b obl.

Iván Paredes escalando el largo 4 de la Leiva, Naranjo de Bulnes

Quizá la vía más rápida de la Oeste que ninguno de los dos habíamos escalado antes y que este año que estaba trabajando en el Picu, decidimos hacer en un ataque rápido... que finalmente no fue tan rápido como pensábamos, pero esa historia os la dejo a continuación, más abajo el texto descriptivo de la vía y así os reireis un rato leyendo la crónica que ha escrito Iván sobre este día que a nosotros no se nos va a olvidar.

Texto de Iván Paredes:

Casi toda aventura que se precie debe empezar con una idea estúpida. Cuanto más rayana en la estupidez sea esta, más garantías nos brinda de que la aventura sea excepcional. Así pues, mis escasos conocimientos de geografía y mi motivación sin límites me llevan a planificar lo siguiente: salir de Vitoria-Gasteiz camino a Madrid para trabajar, pero haciendo un pequeño desvío con parada intermedia en el Picu Urriellu. Caminar solo hasta el refugio para encontrarme con mi amigo y compañero de batallas, Pablo Velasco, quien está trabajando con clientes unos días. Hacer noche, escalar Leiva en la cara oeste, bajar e ir a los montes de la Luna a hacer la Historia Interminable y, ese mismo día, volver a Madrid para estar a toque de diana al día siguiente, antes de que salga el sol.

Hasta aquí todo bien. Somos perfectamente capaces de ejecutar el plan. De largo hemos hecho actividades más apretadas. La única premisa inquebrantable era que tenía que subir en mi mochila material para desayunar: sobaos pasiegos, de esos de la zona, que tienen una densidad como la del osmio.

Y así, los primeros rayos del amanecer nos sorprenden, tratando de ablandar con litros de saliva los enjutos sobaos pasiegos mientras contemplamos un paisaje con siluetas de cabras montesas recortadas contra el horizonte. La sombra del Picu nos abraza como un padre benévolo. Le pido a Pablo que diga algo a sus seguidores de las redes mientras le apunto con la cámara del móvil, a lo que Pablo responde con una regurgitación.

Y es aquí donde todos estaréis pensando: ¿por qué no habla este tío de la vía y, sin embargo, abunda en detalles escatológicos? Ese tema tedioso de la descripción de los largos y la vía se lo brindo a Pablo. Yo prefiero entretenerme en los detalles que construyen el contexto para la historia; la épica se la dejo a mi compañero, quien, en este momento, y mientras subimos el corto, pero empinado camino hacia la cara oeste, continúa intercalando alguna palabra entre eructo y eructo. No es habitual y me da por reír. 

Llegados a la vía y ya en faena, debo reconocer que las hostilidades del primer largo de 6c, no ayudaron al estado de las flatulencias de nuestro héroe, y es que dentro de Pablo se estaba fraguando una batalla de colisión de partículas similar a la que debió tener lugar segundos antes de la gran explosión del universo. La vía se fue sucediendo sin más circunstancias reseñables, salvo que empecé a notar que Pablo, quien siempre está pronto a la broma fácil, se encontraba para pocas ostias. En el largo de 7b gruñía, pero no de estar petado o de apretar, sino de mala gana, y es que debía estar cayendo chungo del estómago. El sobao debía estar chupando sus jugos gástricos como una esponja y creciendo en su interior. Era casi como ver un embarazo a cámara rápida.

Lo que empezó, cómo algo gracioso, se tornó progresivamente en una situación que habíamos de considerar de mayor seriedad. Con unos 4 largos por hacer, decidimos salir a lo que diese la cuerda y ya montar reunión cuando me quedase sin material. Debí hacer un par de largos y medio (80m), en diez minutos, con los pocos friends que llevaba y monté reunión en un puente de roca. Me habían sobrado 2 friends. Mejor no echar cuentas de cada cuanto van los seguros. En fin, Pablo llega a mí y estima que es mejor seguir, para estar menos expuesto al sol. Va fastidiado: poquitas fuerzas, deshidratación… Finalmente, hacemos cumbre en 6 horas y ahora sí que comienza la aventura. 

Cada vez se desdibuja más nuestra opción de escalar mañana. Si llegamos al coche sin tener que llamar al equipo de rescate, nos damos con un canto en los dientes. Así que rapelamos y nos guarecemos lejos de la cara sur en 30 mins. Las siguientes 9 horas las pasamos tratando de llegar al coche. Escondiéndonos en las sombras, Pablo se arrastra cuál rata de cloaca por las pedreras y el estar aclimatado a las alturas de la reciente cordillera Blanca no parece ayudarle mucho. 

Cargados como mulas de tiro acabamos mendigando una cena en Arenas de Cabrales, porque a esta hora, las cocinas están cerradas y a estas alturas nuestro look se aproxima más al de dos indigentes en busca de comida que al de dos elegantes montañeros bañados por el halo romántico de su reciente aventura en el Naranjo de Bulnes.


Amanece en Vega de Urriello

Escalamos con doble cuerda, pero pienso que esta vía con una simple de 80m para poder rapelar por la Sur (según Víctor Sánchez se puede bajar sin problema) sería muy buena opción. 16 cintas, la mitad o más alargables, echamos el juego de totem hasta el verde + C1,C2 y C3. Con estos ocho friends para empalmar los largos 3-4, 5-6 y los del diedro, es más que suficiente.


Largo 1 Leiva. Nos pareció durete para empezar a escalar. 
Iván en el largo 2 de la Leiva. Pasos finos al comienzo, mejora según subes. 
Pablo remontando el Largo 2 de la Leiva, Naranjo de Bulnes

El largo 3 y 4 merece la pena unirlos con algún buen alargue, hay que navegar y buscar el primero el mejor sitio para irnos a la derecha y en vez de subir hasta los dos clavos donde yo monté la R3, hay que salirse a la izquierda donde la foto de Iván chapando uno de los clavos que no está roto y hacer la travesía que nos llevará a la R  de la Sagitario.


R3 de la Leiva
Iván en el paso clave del largo 4, empezando la travesía.

Iván en el largo 4 llegando a la R de la Sagitario
Pablo comenzando el largo 5 y 6 de la Leiva.

El largo 5 y 6 se unen sin problemas en una V hacia la derecha y después a izquierdas. Nosotros en la R6 recogimos las cuerdas y salimos en ensamble para subir los tiros de la torca, en busca de la R que cuesta encontrar antes del largo desplomado de la chorrera negra. Mejor en la parte alta de los tiros buscar una placa compacta con una fisura dibujada que nos llevará a la reunión.

Iván escalando el largo 7 de la chorrera negra desplomada.
Iván escalando el largo 7 de la Leiva al Naranjo de Bulnes.


Pablo remontando el largo 7 de la Leiva al Naranjo de Bulnes

Pablo comenzando el largo 8 de la Leiva al Naranjo de Bulnes.


Iván comenzando el largo 8 de la Leiva al Naranjo de Bulnes.

Iván escalando el largo 8 de la Leiva al Naranjo de Bulnes.


Iván comenzando el gran diedro de la Leiva al Naranjo de Bulnes.

El Gran diedro es mejor hacerlo en dos largos muy largos y montar reuniones donde encontremos un buen sitio, o bien recoger cuerda y montar un ensamble con alguna micro hasta arriba, podemos ganar mucho tiempo y si hace calor escapar de los rayos del sol.

Empezando a rapelar por la Sur del Naranjo

Empezando a rapelar por la Sur del Naranjo

La gastroenteritis haciendo de las suyas en mi templo sagrado.

Los mejores croquis que hay los tiene Fernando Zamora en su web, además nosotros utilizamos estos dos:
Parte superior de la Leiva restaurada recientemente por la FEMPA


Croquis de la Sagitario con el trazado perfecto de la Leiva inferior. Fernando Zamora.

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